La película del 1932 fue un completo desastre de taquilla en su época. En cierta medida supuso el inicio del declive de su director, Tod Browning, ya que Freaks horrorizó a los directivos de la Metro, a todos menos a Irving Talberg que la defendió con pasión tratando de evitar males mayores a Browning. La incomprensión hacia esta obra maestra vio su fin en los años 60 tras un pase especial que se llevó a cabo en el Festival de Cine de Venecia, evento que hizo redescubrir la excepcional película a toda una generación, ahora sí, preparada para entender y admirar toda su dimensión.
0 comentarios :
Publicar un comentario